Una definición práctica de la gestión del conocimiento:
“La gestión del conocimiento es un concepto integral y holístico que incluye factores psicológicos, organizacionales y tecnológicos para garantizar la efectiva movilización y transferencia de conocimiento”.
Una definición “sofisticada” de la gestión del conocimiento:
“La gestión del conocimiento trata sobre aspectos críticos de la adaptación, sobrevivencia y competencia organizacional para enfrentar el constante y discontinuo cambio ambiental. Esencialmente, implica los procesos organizacionales que buscan una combinación sinérgica de los datos, la capacidad de procesamiento de la información de las tecnologías de la información, y la capacidad creativa e innovadora de los seres humanos” Ahora bien, a partir de estas definiciones y a un nivel más operativo, encontramos algunos enfoques particulares, adaptados a ámbitos de actuación específicos (como el empresarial) donde encontramos lo siguiente:
¿Qué es la Gestión del Conocimiento?
“Todos tenemos una noción acerca del significado de la gestión del conocimiento, aunque es difícil precisar de forma exacta lo que sería su desarrollo en la práctica. Para ello, los consultores de IBM realizan un ejercicio tan simple como útil en el que plantean la siguiente pregunta: Si surge un incendio en las instalaciones y Ud. tan sólo dispone de cinco minutos para llevarse lo más valioso que existe en la empresa.
¿Qué es lo que se llevaría?
La experiencia nos demuestra que las respuestas ofrecidas por el ejecutivo medio estarían ligadas al conocimiento organizativo que resulte más crucial. Nosotros definimos la gestión del conocimiento como aquellas acciones destinadas a organizar y estructurar los procesos, mecanismos e infraestructuras de la empresa con el fin de crear, almacena y reutilizar los conocimientos organizativos. Puesto que la gestión de los conocimientos colectivos de una empresa guarda una estrecha relación con las diversas áreas funcionales de la organización, la gestión del conocimiento, debe partir del liderazgo de la alta dirección: es decir, un liderazgo que se extienda más allá de todo límite jerárquico o funcional. A pesar de que cada vez se le presta más atención como área crucial para la empresa, la gestión del conocimiento no se percibe con suficiente contundencia como una disciplina central que repercute en los resultados de la empresa. Por lo general, la dirección sólo se centra en los beneficios económicos y dispone de una visión muy limitada en cuanto a sus activos en materia del conocimiento. Para algunas empresas, los bienes relacionados con el conocimiento son las patentes y los derechos intelectuales. Estos sólo se tratan de mecanismos temporales del conocimiento. No forman parte de un proceso dinámico en el que intervenga la identificación, el almacenamiento, el acceso, la formación y la reutilización del conocimiento en toda la organización y en sus actividades asociadas. Al contrario de lo que ocurre con los equipos, los inmuebles o la facturación, la gestión de los activos del conocimiento no aparece reflejada en el libro de inventario o de contabilidad de la empresa, salvo en el caso de unas pocas, como por ejemplo Skandia (Suecia).”
“La gestión del conocimiento es un concepto integral y holístico que incluye factores psicológicos, organizacionales y tecnológicos para garantizar la efectiva movilización y transferencia de conocimiento”.
Una definición “sofisticada” de la gestión del conocimiento:
“La gestión del conocimiento trata sobre aspectos críticos de la adaptación, sobrevivencia y competencia organizacional para enfrentar el constante y discontinuo cambio ambiental. Esencialmente, implica los procesos organizacionales que buscan una combinación sinérgica de los datos, la capacidad de procesamiento de la información de las tecnologías de la información, y la capacidad creativa e innovadora de los seres humanos” Ahora bien, a partir de estas definiciones y a un nivel más operativo, encontramos algunos enfoques particulares, adaptados a ámbitos de actuación específicos (como el empresarial) donde encontramos lo siguiente:
¿Qué es la Gestión del Conocimiento?
“Todos tenemos una noción acerca del significado de la gestión del conocimiento, aunque es difícil precisar de forma exacta lo que sería su desarrollo en la práctica. Para ello, los consultores de IBM realizan un ejercicio tan simple como útil en el que plantean la siguiente pregunta: Si surge un incendio en las instalaciones y Ud. tan sólo dispone de cinco minutos para llevarse lo más valioso que existe en la empresa.
¿Qué es lo que se llevaría?
La experiencia nos demuestra que las respuestas ofrecidas por el ejecutivo medio estarían ligadas al conocimiento organizativo que resulte más crucial. Nosotros definimos la gestión del conocimiento como aquellas acciones destinadas a organizar y estructurar los procesos, mecanismos e infraestructuras de la empresa con el fin de crear, almacena y reutilizar los conocimientos organizativos. Puesto que la gestión de los conocimientos colectivos de una empresa guarda una estrecha relación con las diversas áreas funcionales de la organización, la gestión del conocimiento, debe partir del liderazgo de la alta dirección: es decir, un liderazgo que se extienda más allá de todo límite jerárquico o funcional. A pesar de que cada vez se le presta más atención como área crucial para la empresa, la gestión del conocimiento no se percibe con suficiente contundencia como una disciplina central que repercute en los resultados de la empresa. Por lo general, la dirección sólo se centra en los beneficios económicos y dispone de una visión muy limitada en cuanto a sus activos en materia del conocimiento. Para algunas empresas, los bienes relacionados con el conocimiento son las patentes y los derechos intelectuales. Estos sólo se tratan de mecanismos temporales del conocimiento. No forman parte de un proceso dinámico en el que intervenga la identificación, el almacenamiento, el acceso, la formación y la reutilización del conocimiento en toda la organización y en sus actividades asociadas. Al contrario de lo que ocurre con los equipos, los inmuebles o la facturación, la gestión de los activos del conocimiento no aparece reflejada en el libro de inventario o de contabilidad de la empresa, salvo en el caso de unas pocas, como por ejemplo Skandia (Suecia).”
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